La historia de McKinley: Alivio del asma severa

McKinley Mitchell, de ocho años, pasó años mirando por una ventana mientras sus hermanos y primos jugaban afuera. El asma y las alergias de McKinley eran tan severas, que un viaje al exterior podía convertirse rápidamente en un viaje a la sala de emergencias.

"McKinley ha estado lidiando con el asma severa desde que tenía dos semanas de edad", dijo su madre, Lisa Clayton-Mitchell. "Cuando tenía tres años, los médicos me dijeron que no llegaría a ver su ^quinto cumpleaños."

En 2012, McKinley se sometió a un estudio exhaustivo en el National Jewish Hospital de Denver, un centro dedicado a la investigación médica y al tratamiento de pacientes con enfermedades respiratorias, cardiacas, inmunitarias y afines. El hospital remitió a McKinley al Dr. Jeffrey Jacobs, especialista en alergia e inmunología de Pediatría Northwest, que completó allí su beca de investigación.

En ese momento, la familia vivía en California, pero los médicos recomendaron que se trasladaran al estado de Washington para mejorar la calidad del aire y las condiciones climáticas.

"McKinley todavía estaba muy hospitalizado cuando nos mudamos aquí en 2013", dijo Lisa. "Estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos y entrando y saliendo del hospital - se perdió hasta la mitad del año escolar porque sus vías respiratorias se cerraban y no podía respirar."

McKinley empezó a ver al Dr. Jacobs regularmente en 2015.

"Cuando conocí a McKinley, estaba constantemente ingresado en el hospital y era muy dependiente de los esteroides orales", dijo el Dr. Jacobs. "Empezamos con una de las terapias más nuevas, Xolair, y eso realmente le cambió la vida. En el momento en que intentábamos que tomara Xolair, aún no estaba aprobado para su grupo de edad (menores de 12 años). Tuve que hablar con el director médico de su compañía de seguros y explicarle por qué necesitaba este medicamento".

"Tomó 8 o 9 meses para que el papeleo y las pruebas fueran finalmente aprobadas por el seguro", dijo Lisa. "Hablé con Tia (la enfermera registrada del Dr. Jacobs) semanalmente durante meses tratando de conseguir la autorización. Ahora McKinley recibe las inyecciones de Xolair cada dos semanas. Le ha devuelto una infancia casi normal. Es increíble".

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