La cafeína y los niños

Para muchos adultos, nuestra rutina diaria comienza con una taza de café o puede incluir un estimulante con cafeína a lo largo del día. La Administración de Alimentos y Medicamentos recomienda a los adultos sanos que limiten su consumo de cafeína a 400 mg/día. Un exceso de cafeína puede provocar síntomas desagradables y peligrosos. Aunque la relación entre la cafeína y los adultos está bien documentada, los efectos de la cafeína en los niños no se conocen con tanta claridad. Por ello, los expertos recomiendan que los niños y adolescentes limiten o eviten la cafeína, especialmente los más pequeños.

Dónde consiguen los niños la cafeína

La cafeína está presente en algo más que una taza de café. Los refrescos son la fuente más común de cafeína para los niños, pero hay otras fuentes:

  • Bebidas deportivas (algunas bebidas pueden contener hasta 500 mg de cafeína por ración)
  • Té (incluido el té dulce y el té helado)
  • Aguas o zumos aromatizados
  • Chocolate
  • Aperitivos (helado con sabor a café, yogur helado, barritas energéticas, caramelos de goma)
  • Algunos medicamentos de venta libre
  • Bálsamos labiales o productos para el cuidado de la piel

Es posible que los envases de alimentos y bebidas no muestren claramente el contenido de cafeína. La mejor manera de determinar la cantidad de cafeína de un producto es revisar la etiqueta nutricional y la lista de ingredientes.

¿La cafeína es mala para mi hijo?

Las directrices de la Clínica Mayo sugieren que los adolescentes de entre 12 y 18 años limiten su consumo de cafeína a 100 mg/día, mientras que la Academia Americana de Pediatría recomienda que los niños menores de 12 años eviten por completo la cafeína.

Los efectos de un exceso de cafeína en los niños incluyen:

  • Problemas de sueño (dificultad para conciliar el sueño, mala calidad del sueño, somnolencia durante el día)
  • Adicción a la cafeína y síntomas de abstinencia (dolor de cabeza, fatiga, dificultad para concentrarse, irritabilidad, cambios de humor)
  • Ansiedad, nerviosismo
  • Aumento de la frecuencia cardíaca, arritmias
  • Presión arterial alta
  • Diarrea, malestar estomacal
  • Deshidratación

Las bebidas con sabor a cafeína suelen tener un alto contenido en azúcares y calorías añadidas, lo que puede provocar un mayor IMC. Los refrescos azucarados también conllevan un mayor riesgo de caries y erosión del esmalte dental debido al alto contenido de azúcar y a la acidez de los refrescos.

Cómo minimizar la cafeína en los niños

  1. Ofrezca leche o agua en lugar de refrescos. Esto ayuda a asegurar que los niños reciban las vitaminas y minerales esenciales necesarios para construir huesos y músculos fuertes, al tiempo que se reduce la cantidad de azúcar que se consume.
  2. Limite los refrescos a las ocasiones especiales y opte por una variedad sin cafeína.
  3. Comprueba las etiquetas de los alimentos y las listas de ingredientes para determinar la cantidad de azúcar y cafeína que contiene una bebida o un artículo concreto.
Categorías: Nutrición
Historias relacionadas