Crup

El crup es una infección frecuente de las vías respiratorias de los niños. Suele afectar más a los niños pequeños debido a que sus vías respiratorias son más pequeñas y se suele observar entre los 6 meses y los 3 años de edad. El crup es más frecuente en otoño y principios de invierno y es ligeramente más común en niños que en niñas.

El crup suele estar causado por un virus. Con menor frecuencia, puede estar causado por bacterias, alergias o reflujo ácido del estómago. El virus infecta primero la nariz y la garganta, y luego se propaga por la parte posterior de la garganta hasta la laringe y la tráquea. Esto hace que la laringe y la tráquea se hinchen, estrechando las vías respiratorias y provocando la característica tos perruna y la ronquera asociadas al crup.

Síntomas

Los primeros síntomas del crup pueden incluir tos inespecífica, secreción nasal y fiebre durante unas 24-72 horas, seguidos de una aparición brusca de tos perruna, voz ronca y respiración ruidosa durante la noche. El crup puede ser muy leve o muy grave, dependiendo de la dificultad que tenga el niño para introducir aire en los pulmones. Los síntomas del crup suelen empeorar por la noche. La gravedad de los síntomas puede cambiar rápidamente dependiendo de si el niño está tranquilo o agitado. La agitación aumenta el estrechamiento de las vías respiratorias, lo que provoca aún más dificultad para respirar y mayor agitación.

Por lo general, los síntomas duran poco. En la mayoría de los niños, la tos perruna desaparece por sí sola en dos días. El crup suele diagnosticarse basándose en los síntomas del niño, como tos perruna y respiración ruidosa. Rara vez se necesitan radiografías u otras pruebas de laboratorio para hacer el diagnóstico.

Cómo se propaga

El crup se contagia por contacto directo con una persona o con líquidos de otra persona que tenga la enfermedad. Los niños con crup deben considerarse contagiosos durante los 3 días siguientes al inicio de la enfermedad o hasta que desaparezca la fiebre. Unas sencillas medidas de higiene, como lavarse las manos con frecuencia, pueden ayudar a prevenir la infección por los virus que provocan el crup.

Tratamiento

El tratamiento del crup depende de la gravedad de la enfermedad. El crup leve suele poder tratarse en casa. Puede utilizar el vapor de un humidificador o sentarse con su hijo en un cuarto de baño lleno de vapor generado por el agua caliente de la ducha. También puede ser útil dejar que el niño respire aire fresco durante la noche abriendo una ventana o una puerta.

En caso de crup moderado o grave, el médico puede recetar un medicamento con corticoides. Esto reduce la inflamación de las vías respiratorias del niño y le ayuda a respirar con más facilidad. La medicación no impedirá que tosa, pero debería ayudar a reducir la respiración ruidosa. Los antibióticos no son eficaces contra los virus, por lo que no son una forma adecuada de tratamiento del crup. En casos graves, el niño puede necesitar un tratamiento respiratorio en el hospital.

Cuándo acudir a urgencias

Si su hijo desarrolla algún síntoma de crup grave, busque atención médica inmediatamente. Entre los síntomas del crup grave se incluyen:

  • Dificultad para respirar
  • Piel pálida o azulada
  • Fuertes ataques de tos
  • Babeo o dificultad para tragar
  • Incapacidad para hablar o llorar debido a la dificultad para respirar.
  • Un silbido o una respiración ruidosa y aguda mientras está sentado o descansando.
  • Aspiración de la piel alrededor de las costillas con la respiración
Categorías: Lactantes, Gripe/Resfriados, Niños pequeños
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